Licor Guayú
Esta historia la oí de boca de mi padre que a su vez la oiría de la del suyo, protagonista, o mejor dicho víctima, de la misma, ya que ocurrió cuando él no había cumplido los cuatro años de edad. Acostumbrado a oir otras historias familiares muy deformadas y algunas muy dificil de creer, como la de un primo de cuarto grado mio, Joaquín Argamasilla de la Cerda Elío1, con rayos X en los ojos, no le di mayor crédito hasta que llegaron a mi poder los documentos que la confirman.
Mi abuelo, don Juan Coig Rabagliato, natural de Bayona, licenciado en derecho y vecino de Orihuela era, más que un buen cristiano u hombre piadoso, un auténtico beato. Tenía más amigos que vestían hábitos o sotanas, entre ellos el mismo obispo de la diócesis, que los que gastaban traje. No designaba los días según el calendario gregoriano sino según el santoral, es decir el 19 de Agosto para él no era el 19 de Agosto sino San Luis obispo de Francia. Por eso no es de extrañar que al despertarse el 4 de Marzo de 1904, dia de San Casimiro, se acordara de Fray Casimiro de Alcira, anciano capuchino al que la orden había trasladado al convento de Orihuela, para que terminara allí sus días, después de haberse pasado media vida en misiones de Sudamérica.
Después de oir su misa diaria en la catedral, dirigió sus pasos hacia el convento de los R.R.P.P. Capuchinos para felicitar a Fray Casimiro. El anciano agradeció la visita y le ofreció una copa de licor. A don Juan, hombre muy goloso, le pareció exquisito y preguntó por el origen del mismo. Resultó que lo había producido el mismo religioso según una receta que le enseñaron los indios sudamericanos. Después de discutir con el antiguo misionero y el guardian del convento oriolano la posibilidad de la explotación comercial del llamado licor Guayú, se pusieron éstos en contacto con el provincial de la orden al que no disgustó la idea.
Como resultado de estas gestiones, firmaron en Masamagrell el 3 de enero de 1905, por una parte el M.R.P. Laureano de Masamagrell, ministro provincial de la orden capuchina en Valencia y por la otra el referido don Juan Coig Rebagliato y don Francisco Bayarri Falaguera, un contrato que podriamos llamar leonino ya que la orden se aseguraba al 100% mientras que los otros dos firmantes se quedaban con el trasero al aire.
En el referido contrato se acordaba que el licor sería producido por un religioso de la orden que se reservaba el secreto de fabricación, si bién, para prevenir cualquier contingencia, se guardaba por escrito el mencionado secreto en una caja con tres llaves distintas que separadamente conservarían el P. Provincial, el P. Guardian de Orihuela y la tercera don Juan Coig o don Francisco Bayarri.
El 3 de Mayo del mismo año se hicieron los dos socios seglares de la empresa (y en este caso capitalistas) cargo de los primeros gastos: 638 pesetas por 437 kg de azúcar, 512 pesetas por 652 litros de alcohol y 46,50 la minuta del notario por la escritura social. A estos siguieron otros muchos tales como libros para la contabilidad, facturas, papel para cartas con membrete, recipientes, botellas, corchos, etiquetas, alcoholímetros, registro de la marca, etc., etc. hasta un total de 99 asientos por un montante de 4.293,60 pesetas de las de 1905. Los últimos asientos de la contabilidad de don Juan Coig son del 19 de Agosto de 1905. A partir de esa fecha se debió fundar una sociedad y se haría otra persona cargo de dicha contabilidad. Según mi padre el motivo de esa fundación fue que debido a un desfalco necesitaron accionistan que aportaran capital, pero no tengo documentos que lo confirmen.
Supongo que siguieron produciendo licor sin interrupción hasta que Fray Casimiro, el 07 de Enero de 1910, pasó a mejor vida y cuando se reunieron las tres llaves y se abrió la caja se encontraron con un papel en blanco.
En uno de los capítulos de la serie "Orihuela mágica y misteriosa" de Víctor Navarro sobre el licor Guayú, link: http://ciudadorihuela.blogspot.de/2016/09/guayu-el-licor-del-colegio-santo-domingo.html cita la formación de la mencionada sociedad y la disolución de la misma al perderse la fórmula al morir Fray Casimiro, quedando como único accionista Jacobo Gómez en posesión de miles de litros del licor que ya estaban fabricados. Este Jacobo Gómez Martínez de León era hijo de Jacobo Gómez Lagier y de Cándida Martínez de León Rebagliato, casada, en 1907 con su primo Juan Coig Rebagliato ambos en segundas nupcias.
En los meses de Julio y Agosto de 1905 se pagaron 100 pesetas en jornales, 86 de mujer a 0,50 y 38 de hombre a 1,50. Es de suponer que las mujeres tuvieran que ver con las hierbas por lo que parece inexplicable que después del manifiesto incumplimiento de contrato por parte de la orden, los socios perjudicados no trataran de averiguar de que hierbas se trataba y sabiendo las cantidades de azucar, alcohol y azafrán que se compraron, los excedentes y la cantidad de licor producida no intentaran aproximarse a la fórmula experimentando en esa dirección y tratar de seguir produciendo olvidándose de los muy reverendos padres Capuchinos.
Punto oscuro de esta historia es que las hierbas, que Fray Casimiro compró y por las que se pagaron 106 pesetas, hasta el mencionado 19 de Agosto de 1905, fueran las mismas con las que producían el licor en sudamérica. Cabe la posibilidad que una vez en Orihuela y añorando el licor, experimentara con las hierbas locales que más se parecieran a las americanas logrando un resultado satisfactorio.
Si se parecía el sabor del Guayú oriolano al del americano nunca lo sabremos, lo que está clarísimo es que no tenía las más mínima semejanza con los licores de melón y de avellana, de producción muy posterior que se venden con el mismo nombre.
Dato curioso, de la muy limitada producción del primitivo Guayú, hasta el 19 de Agosto de 1905, los P.P. Jesuitas compraron licor por valor de 371 pesetas. Para que luego hablen de la rivalidad entre las órdenes religiosas.
El 1 de junio de 1947 el Ministro Provincial de los Padres Capuchinos de la Preciosísima Sangre de Cristo de Valencia, Fray Estanislao de Guadasuar/Ofmcap, autoriza a Destilerías Payá para que pueda elaborar el licor Guayú utilizando la fórmula que trajeron de la Guajira los misioneros de la orden.
Comentarios
Parece lo más probable que el nombre del licor no fuera inventado sino que provenga del nombre de los indios que enseñaron a Fray Casimiro de Alcira a producirlo. Los Wayuu son una etnia de la Guajira colombiano-venezolana cuyos componentes producen el licor "chirrinchi" a partir de ruedas de panela, es decir como el ron un aguardiente de caña de azúcar. Los españoles transcribieron el nombre wayuu siguiendo el esquema usado para las palabras árabes, así la palabra árabe para "rambla" o "torrentera" „وادي“ transcrita letra a letra sería "wady", "wadi" en inglés y alemán entre otros idiomas. Los paises latinos adoptaron una transcripción fonética, es decir de oido, en italiano "uadi", en francés "oued" y en español "guadi".
"Wayu" significa en quechua cereza o guinda. Por los ingredientes que se compraron en 1905 para la fabricación del licor, está claro que se trataba de un producto de alcohol, hierbas, azúcar y azafrán, este último quizás como colorante, es decir, de un licor de alcohol añadido, como el anís o la ginebra y no de alcohol producido por fermentación de glucosa o fructosa como sería el caso en un licor de cerezas. Además la zona del quechua queda distante de la Guajira.
El link: http://www.cronistasoficiales.com/?p=13255 del cronista oficial de Orihuela, Profesor Antonio Luis Galiano cita como aconpañantes de Fray Francisco Simóm Ródenas2, obispo de Santa Marta (Colombia) en su viaje en galera, el 2 de Julio de 1905, a La Aparecida, donde había nacido, al guardian del convento capuchino de Orihuela3 y a Fray Casimiro de Alcira, Fray Querubín de Carcagente y Fray Eloy de Orihuela4. En la contabilidad de la sociedad de Julio de ese año aparece un cargo de 8,35 Ptas. por consumo de botellas regaladas al Sr. Obispo de Sta. Marta.
Cuando se firma en Masamagrell, el 4 de Enero de 1905, el contrato de fundación de la sociedad para la fabricación y venta del licor Guayú está todavía fresco el recuerdo de la desamortización de Mendizábal. Uno de los iniciadores de esta sociedad, el Guardian del convento de Orihuela, Fray Luis de Masamagrell, en el mundo, José María Amigó Ferrer, tuvo que ir a un seminario de los capuchinos en Bayona al no existir la orden en España en 1874.
Esto origina que se incluya en el contrato el siguiente artículo:
Hasta aquí lo documentado. Lo que sigue novelado.
Fray Casimiro de Alcira introduce en el famoso cofre de las tres cerraduras un pliego de papel aparentemente en blanco. Por miedo a la posibilidad de que el cofre cayera en falsas manos, para abrir un cofre no hacen falta tres llaves, basta un hacha, escribe la receta del licor, pero no con tinta sino con zumo de limón, que una vez seco hace la lectura imposible si no se calienta el papel acercándolo a una llama. No muere en Orihuela sino en Jijona y allí no tiene a nadie conocido a quién confiarle el secreto de la tinta simpática o invisible.
El nuevo guardián del convento de Orihuela, sucesor de Fray Luis de Masamagrell que había sido consagrado, en 1907, obispo de Solsona y don Juan Coig viajan a Masamagrell acompañados por don Jacobo Gómez, sobrino e hijastro de este último y nuevo miembro de la sociedad. Una vez reunidas las tres llaves, abren el cofre y se llevan la sorpresa que en el pliego de papel no hay nada visible. El ministro provincial pide a los socios seglares que firmen el pliego anotando que no contiene escritura alguna, para evitar reclamaciones, y éste se queda archivado en algún lugar del convento.
Terminada la guerra civil, en la que se pierden gran cantidad de documentos debido a la quema de conventos, imposible averiguar en que circustancias, llega al convento de Valencia el famoso pliego pero nadie tiene tiempo ni interés en estudiarlo. Ocho años más tarde cae en manos del Ministro Provincial de la orden Fray Estanislao de Guadasuar y se extraña de que dos señores hayan firmado que el pliego no contiene escritura alguna cuando el puede leer perfectamente una receta para un licor llamado Guayú. El zumo de limón, a temperatura ambiente, necesita más tiempo, pero acaba oxidándose, quedando la escritura visible.
No tiene idea de la existencia de un contrato, pués la copia de la orden del mismo se perdió en la guerra y cómo el convento necesita dinero, ofrece la receta a Destilerías Payá que aceptan el trato.
Esto explicaría que Destilerias Payá escriba en su etiqueta que el licor Guayú está elaborado utilizando la fórmula que trajeron de la Guajira los misioneros Capuchinos.
El licor producido por Destilerías Payá, según la opinión de don Juan Coig Rebagliato, no era comparable con el que se produjo en la primera década del siglo, pero ¿quien puede comparar dos sabores a 40 años de distancia?
Mi agradecimiento al superior de los P.P. Capuchinos de Valencia, Rev. Fray José Vicente Esteve por la información facilitada.
1) Este personaje es protagonista de una de las películas de la serie de RTVE „El ministerio del tiempo“ mezcla de ciencia fición con realidad histórica (T2-Capítulo 14 : Tiempo de magia).
2) Francisco de Orihuela (Francisco Simón Ródenas), Religioso de la orden Capuchina. Tuvo una fulgurante carrera eclesiástica pese a su origen humilde, llegando a ser nombrado Obispo de Santa Marta de Colombia por el papa Pío X.
3) Fray Luis de Masamagrell (José María Amigó Ferrer). Guardián del convento de Orihuela desde el 17-12-1904 hasta 1907. De 1907 a 1913 obispo de Solsona y de 1913 a 1934 de Segorbe.
4) sobrino del obispo Fray Francisco de Orihuela. Fue su secretario en la Guajira y vilmente asesinado por milicianos rojos en 1936:
La parte documentada de esta historia mía fue recogida, algo abreviada y con comentarios suyos, por Antonio José Mazón Albarracín en sus programas radiofónicos "Oriola vista desde el puente de Rusia". El texto puede leerse bajo: http://oriola-vdpr.es/?p=460 o escucharse con: https://www.ivoox.com/puente-rusia-81-el-licor-guayu-audios-mp3_rf_28452874_1.html